Mi Hija De 23 Años No Me Quiere

Sobre ciertos temas está bien comprender, otros son esenciales. Establecer y sostener límites claros y correctos con tu hijo adolescente, encaja en la última categoría. En ese instante en el que el niño está escogiendo a uno u otro, es señal de que se está dando cuenta de que puede tomar sus propias resoluciones.

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Es muy común percibir a los adolescentes quejarse de que sus progenitores no les dejan tomar decisiones ni tener intimidad. Los motivos por los cuales nuestros hijos dejan de dirigirnos la palabra varía bastante. Por las causas que sean, por el momento no nos desean en su vida. A veces entre los padres manipula al hijo después de un divorcio para ponerlo contra el otro padre.

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“No soporto a mis hijos. Da igual cuántas veces les intente educar algo, no lo entienden, carecen de todo intelecto. Si pudiese volver atrás en el tiempo jamás podría haber sido madre”. Críticas hay de todas las clases, y también igual de respetable es querer la maternidad como no llevarlo a cabo. A algunos les horrorizarán las siguientes afirmaciones, al paso que otros se van a sentir muy identificados. A continuación, las confesiones de mamás y padres que se arrepintieron de dar el gran paso, aunque les dé verguenza expresarlo públicamente.

Me fuí a España en el momento en que ella tenía prácticamente 17, y siempre viajaba, para verla, nunca dejé de hablarle desde allá. Sé que pudo afectarle el haberme ido, como a mí, pero fue una opción alternativa por trabajo. Regresé en 2010, y me fue imposible poder interés en ella hacía mí, pero repito que desde que está con ese jóven fue paulativamente desconectandose conmigo. Un hecho que perjudica tanto a niños como a adolescentes es vivir en un clima de hostilidad o agresividad. Si los progenitores discuten en todo momento, esto afectará sin duda la estabilidad sensible del joven, que procurará estar tranquilo fuera de casa. El joven precisa tener su propio lugar, su planeta.

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Todos los hijos tienen la sensación de que el día que repartieron progenitores y mamás les tocó lo que no quería nadie. Cuando digo que las secuelas deben ser relevantes, quiero decir que que las secuelas marchan mejor en el momento en que están relacionadas con lo que el adolescente hizo. Por ejemplo, si se ha puesto a divertirse con la tablet antes de terminar los deberes, una consecuencia correcta podría ser limitar el tiempo de uso de la tablet.

Esto pertenece a poner límites a tu hijo adolescente. Ella ama a su padre cual está fenomenal pero Pienso que me odia. Hago los deberes con ella, cojemos el transporte público y cocino, plancho, etcétera. Su padre llega y le dice que le comprará un juguete nuevo. Y en el momento en que se Le pone pesada voy yo a asistirlo y encima me deja como la mala de la película.

¿Por Qué Razón Mi Hijo Me Rechaza? ¿es Normal?

Si tu no haces nada, Dios no va realizar nada, y a estos se los va a comer la vida por el hecho de que no tienen remedio. Su vida será su justiciera pero lo siento por ellos por el hecho de que en el fondo no tienen idea lo que se hacen. Comprende que en etapas como la adolescencia es esencial respetar su espacio y también independencia. Sé cariñoso, debe tener amor hacia tu hijo y manifestarlo con acciones y palabras.

Todo lo contrario, debemos ayudarle a buscar su vocación escondida en la etapa de la adolescencia y fomentar sus pasiones. ¿No nos pasábamos nosotros las horas perdidas con las chapas o los cromos? Ahora los adolescentes y los niños tienen otros gustos y no por este motivo debemos intentar que los abandonen. Les vamos a dar ciertos avisos para que consigamos que nuestros hijos se levanten del sillón y se apasionen por su porvenir. A fin de que los adolescentes den respeto, deben ver respeto en sus relaciones con el resto, y deben sentirse respetados. Es verdad que los adolescentes, en ocasiones, tienen la posibilidad de parecer demasiado trágicos, absurdos o que toman resoluciones nefastas.

Cada vez que su hija desea salir de casa su madre le pone pegas. Lola no es capaz de conducir el vacío físico y emocional que piensa la marcha de Ana. Los progenitores no debemos jamás tirar la toalla y menos poner la etiqueta a nuestro hijo de que es un vago o no le resulta interesante nada.

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Pienso que ser madre es mucho más difícil que ser padre. Me siento con bronca y mal, siento que he perdido a mi hija. Siempre habíamos tenido una relación extraordinaria entre ella y yo, inclusive mi ex- mujer afirmaba que yo era un óptimo padre.

Pero la ultima vez que pudimos intercambiar chat, le expliqué que no es bueno que mi hija esté lkejos del padre en esta edad tan complicada, cuando su respuesta fue “lo lamento por vos”. Como no charlamos de esto ni lo saben las personas ajenas a la familia, no tenemos la posibilidad de apoyarnos en la compasión de los demás. No nos llega las palabras de consuelo ni los abrazos ni los pequeños movimientos de amabilidad que sí reciben en circunstancias normales los afligidos.

Poner límites a tu hijo adolescente no es una labor simple. De hecho, se encuentra dentro de las adversidades que más recurrentemente me emiten los padres y mamás. Recuerda, detallar límites es una forma de ayudar a tu hijo a internalizar un buen accionar.

Es muy frecuente, que un padre o madre aplique bien los límites, pero un día llega cansado del trabajo y no tiene fuerzas para mantenerse estable en entre los límites. Aparentemente, no hubo ninguna lucha entre tu hijo y tú (ha querido saltarse un límite y has cedido fácilmente) pero has perdido bastante terreno, y luego te resultará difícil recobrarlo. Lo mejor en esta situación es que si puedes, delegues la tarea en tu pareja o que le afirmes a tu hijo que lo hablareis en otro momento. Llega un momento cerca de los 2-3 años en el que los pequeños tienen muy claro con quien quieren realizar cada cosa. Para jugar, para sacarlo de la silla del coche, en el baño, para ir al parque… Y los progenitores nos lo tenemos la posibilidad de tomar muy a pecho pues lo vivimos como un rechazo.

Los jovenes hacen lo que necesitan para conocer su propia identidad, las relaciones sociales y convertirse en mayores. Utiliza las habilidades de empatía de las que charlábamos al comienzo para rememorar lo esenciales son para los adolescentes las amistades, el estilo personal y las rupturas sentimentales. Esfuérzate por no menospreciar o quitar relevancia a esta clase de cosas. Sé que en el mundo de un individuo adulta, carecen de relevancia, pero no sucede lo mismo en el mundo de los jovenes. Si tu hijo siente que no le respetas, probablemente haga lo mismo, no respetarte.